Lujo y chatarra. Montero Glez
En las pinturas de esta malagueña hay de todo, como en botica. Desde hongos nucleares a setas psicodélicas, pasando por niños que sonríen ante la guerra y caperucitas rojas que abren su capote al lobo. También hay música, pues aunque digan que la música no se puede pintar, la chica lo consigue. Y a veces un cuadro suyo suena a funky de negrata con ganas de joder y, otras tantas, suena a canción francesa al borde del Sena, en fin, todo tan caliente como tortillita de tres huevos recién hecha.
Cada vez que Cristina agarra los pinceles, una tensión de burro altera mis partes verendas y me dispone con un brochazo literario sobre el lienzo enredado de su pubis. Es por eso que le regalo mis títulos y que me dejo manchar de pintura cuando decide sacarme en sus cuadros. Allí donde debería haber puesto a un lobo me planta a mí. Y en el mismo sitio donde iría un burro, saca a una vaca lechera de esas que matan moscas con el rabo.
Es tan artista la chica que, donde otras ven el bulto, ella ve el hueco. Es entonces cuando aprovecha y me asalta, desarmándome con caricias de pincel, igual a una bandolera disfrazada de Caperucita roja que se come al lobo por el rabo para después abrirse paso entre la nieve, caminando más desnuda que si no llevase nada encima. Y yo me quedo a la espera de que vuelva a pasarme cerca. A ver si la próxima vez no tarda tanto.
2007.
Cada vez que Cristina agarra los pinceles, una tensión de burro altera mis partes verendas y me dispone con un brochazo literario sobre el lienzo enredado de su pubis. Es por eso que le regalo mis títulos y que me dejo manchar de pintura cuando decide sacarme en sus cuadros. Allí donde debería haber puesto a un lobo me planta a mí. Y en el mismo sitio donde iría un burro, saca a una vaca lechera de esas que matan moscas con el rabo.
Es tan artista la chica que, donde otras ven el bulto, ella ve el hueco. Es entonces cuando aprovecha y me asalta, desarmándome con caricias de pincel, igual a una bandolera disfrazada de Caperucita roja que se come al lobo por el rabo para después abrirse paso entre la nieve, caminando más desnuda que si no llevase nada encima. Y yo me quedo a la espera de que vuelva a pasarme cerca. A ver si la próxima vez no tarda tanto.
2007.
¿Aquí aparece el lobo?
Tentaciones para existir
Estas imágenes pertenecen a mi próxima exposición que tendrá lugar desde el 17 de abril hasta el 7 de junio del 2009, claro, en la Sala Casa Fuerte Bezmiliana del Rincón de la Victoria, Málaga. En este pueblo, que hoy se ha convertido en una especie de barrio de la capital malagueña, pasé algunos veranos locos de adolescente, acompañada de mi inseparable amiga Jacqueline. Sin duda, allí he vivido algunas de las experiencias más divertidas y delirantes de mi vida. Con mi amiga la suiza-malagueña, las carcajadas estaban garantizadas y reir a rienda suelta es una de esas cosas que tanto me gustan. Además el futuro quedaba muy lejos, las responsabilidades también, mientras hacíamos las gamberras en ese pueblo, entonces pequeño, rodeado de un mar de bañera espumoso y turbio.
Summer time....
Summer time....
El joven suicida 2008
Encadenadas 2008
Caperucita oriental. 2008
Chicas malas I: Paris Hilton. 2009
Chicas Malas II: La môme Piaf. 2009
Chicas malas III: Kate Moos. 2009
Chicas malas IV: Kate Moos II. 2009
Chicas malas V: La Britney. 2009
Chicas malas VI: Billie Holliday. 2009
Adolescencia I. 2008
Adolescencia II. 2008
Enero en tu cama. 2008
Cuentos de invierno
Fue ese verano tan caluroso, cuando deseé ser esa caperucita que, indolente, bajo la nieve, espera tranquilamente la llegada del lobo, de su lobo....
cuentos de invierno I
cuentos de invierno II
cuentos de invierno III
cuentos de invierno IV
viernes, 6 de marzo de 2009
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